En estos últimos días, se han sucedido dos acontecimientos a mi juicio preocupantes. Y lo son básicamente por que creo que la expresión:
«El peor enemigo político es tu compañero de partido«
es un error político.
Sin embargos estos dos acontecimientos políticos, no dejan de tener su significación. Por una parte la dimisión de Ernest Maragall de ERC, tras la existencia de grabaciones y mensajes efectuados por miembros de este partido, tras una pegada de carteles donde de forma anónima, se aludía a la enfermedad del ex-President de la Generalitat de Catalunya y hermano de Ernest -Pasqual Maragall-
Y en Galicia, la filtración de una ejecutiva provincial del PSdeG – PSOE de A Coruña, donde el primer secretario afirmaba con respecto a la crisis del grupo municipal socialista en el Concello de Santiago de Compostela que:
«Me importa un huevo si nos quedamos sin concejales en Santiago«
Con independencia de lo acontecido, solamente quería advertir el hecho de grabar reuniones partidarias. Y no desde la perspectiva jurídico-legal, sino desde una cierta óptica ética.
Obviamente grabar sin tener conocimiento de dicha grabación y averiguar posteriormente a través de los medios la mencionada grabación, genera desconfianzas. Genera no hablar claro. Modifica las condiciones del debate. No enriquece. No aporta. Genera ruido y desvirtúa la opción política.
Sin embargo, la transparencia en las resoluciones políticas de los órganos electos son más que nunca necesarias. Y más tratándose de órganos colegiados. Cuya misión debería ser la de tomar decisiones conjuntas que afecten al interés de la organización que representen.
Si grabas, o bien para una utilización política, o bien mediática de la misma, a lo mejor prefieres la existencia de órganos de decisión unipersonales.
Por lo tanto, la pluralidad en la deliberación siempre es buena. Y el disenso debe de expresarse con total libertad y respeto tanto por quien ejerce la posición mayoritaria como la minoritaria.
Responder