Imagínate que tienes aspiraciones en esta vida. Y para lograrlas pues aplicas la máxima de «A buen árbol se arrima».
¿Qué sucede si el árbol tiene, pulgón, está enfermo, es viejo? Y además el mismo proceso tras proceso ha demostrado sobradamente su capacidad para perder. Sus ramas ya no cobijan. Por que están enfermas.
O quizás, el árbol que cobija a este viejo árbol pulgón, cuyas ramas ya no cobijan, en realidad está cobijado por otro árbol.
A lo mejor ese último árbol, (que cobija al árbol con pulgón y cuyas ramas ya no cobijan) no le interesa que esa porción del bosque florezca y germine en otros árboles.
El regate corto (como semilla o como injerto)…es esa inservible arma que lo único que provoca es una considerable pérdida de tiempo.
P.D: si…escribo en clave. Si eres inteligente lo comprenderás a la primera y muy posiblemente no me harás a corto plazo caso. A la larga comprobarás que tengo razón. Y muy posiblemente formarás en el futuro parte del club al que yo estoy inscrito. El club de los perdedores.
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