Puigdemont y el infantilismo

«La izquierda suele caer en el infantilismo, en confundir deseo con realidad». José Mújica ex Presidente de Uruguay.

Si hubo una imagen que me dolió (en primera persona) muy especialmente durante todo el periodo del denominado procés, es sin lugar a dudas la que ilustra esta entrada. ¿Por qué? Por que el entonces secretario general de los comunistes de Catalunya salieran a la calle de la mano del heredero político de Jordi Pujol (Carles Puigdemont), con la bandera republicana española, fue sin lugar a dudas, un engaño al tiempo que un salvavidas personal para Joan Josep Nuet. Seguir en política profesional, cosa que no ha abandonado durante prácticamente toda su vida. Su maestro Jordi Miralles sin lugar a dudas estaría encantado con esa capacidad de supervivencia política que ha demostrado.

No lo censuro. Si que censuro que se haya permitido.

Puigdemont anuncia que regresa a Catalunya. Y lo hace precisamente para continuar ese show independentista que nada, absolutamente nada beneficia a los/as trabajadores y a las personas de izquierdas. No solamente en Catalunya, sino en todo el Estado español

¿Conclusión? En política como en la vida, la línea recta no es la más corta de las líneas. Carles Puigdemont es un agitador y una marioneta del círculo de influencia del ex president Jordi Pujol. Y que desde posiciones de izquierdas, se apoye precisamente a los que menos han trabajado, los que más han boicoteado, los que más palos en las ruedas han puesto para que en Catalunya, Jordi Pujol y su entorno sean sinónimos de corrupción. Y sobretodo los que más han legislado en Catalunya, contra los derechos de las clases populares, humildes y trabajadoras, es algo que singularmente se deberían dejar mirar.

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