La meritocracia en España, no existe.

Recuerdo que la primera vez que escuché el termino «Meritocracia» lo escuché del entonces senador por el PSOE por Granada y posteriormente Alcalde de aquella ciudad por Ciudadanos Luís Salvador. Entonces, desconocía lo que aquello significaba y fruto de mi ignorancia, me dediqué a asentir, mientras que Luis alababa las excelencias del concepto.

Con los años aprendí el concepto y sufrí las consecuencias del mismo. De tal forma que es imposible en España siendo hijo de un taxista y de una dependienta de productos cárnicos del mercado poder utilizar el ascensor social.

Meritocracia y ascensor social son terminologías sinónimas. Hay muchísimos estudios que concluyen que ambos conceptos no funcionan en España. Uno de los factores es que el 70% de la riqueza en España está concentrada en muy pocas manos y por lo tanto, dicha riqueza se hereda.

Y esta afirmación no está basada en publicaciones con un contenido editorial susceptibles de ser considerados poco fiables. Por ejemplo, el estudio de Javier Soria Espín para ESADE que está considerada una de las entidades educacionales de las élites sociales y políticas en Catalunya y en España afirma sobre el ascensor social que:

En España, existe claramente una curva del Gran Gatsby a nivel territorial. La comunidad autónoma con el mayor nivel de movilidad absoluta y relativa es Cataluña, con tasas de movilidad al nivel de Escandinavia, mientras que las regiones con los niveles más bajos de movilidad absoluta y relativa son Andalucía y Canarias, con una movilidad absoluta similar a la del sur de Estados Unidos. Lo que es más importante, a mayor nivel de desigualdad de renta de partida, menor movilidad intergeneracional absoluta, sugiriendo que las desigualdades estructurales son una barrera para un ascensor social funcional y confirmando la existencia de una curva del Gran Gatsby en España.

Y el problema en mi opinión es que las estructuras sociales heredadas del franquismo en España siguen inamovibles.

Una de las tareas que podrían empezar a romper dicha tendencia es romper el techo de cristal de la educación pública frente a la privada o «concertada». Hay que erradicar el concepto «concertada». Y para ello es más que necesario hacer más y mejor colegios públicos.

No olvidemos que también podrían empezar a romper dicha tendencia con la existencia de un gran parque de vivienda pública, donde el parámetro de las familias monoparentales tuvieran un notable protagonismo, al acceso de dicha vivienda social, frente al concepto de familia numerosa.

Otra cuestión…el gravamen fiscal que se efectúa a las herencias inferiores a los 250.000 euros debería simple y llanamente derogarse en todo el territorio nacional, autonómico y local.

Y ya termino…en mi modesta opinión mientras no se afronten estos frentes desde las instituciones, la derecha y la ultraderecha en nuestro país tendrá (como lo tiene) mucho futuro. Y por lo tanto la perpetuación de una clase dirigente con características parásitas en nuestro país será un hecho.

Posted in

, , ,

Responder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *